sábado, 16 de mayo de 2015

Alfonso Reyes. La total circunferencia

                                            


                                           "Reyes, la indescifrable providencia
                                            Que administra lo pródigo y lo parco,
                                            Nos dio a los unos el sector o el arco,
                                               Pero a ti la total circunferencia"

                                                                             Jorge Luis Borges



Hijo de Bernardo Reyes y Aurelia Ochoa, Alfonso nace en Monterrey un 17 de mayo de 1889, donde realiza sus primeros estudios. Más tarde en México concluye sus estudios universitarios y obtiene el título de abogado en 1913.

En las aulas universitarias fraterniza con un grupo de jóvenes, que daría lustre al país por sus grandes actividades intelectuales y que fundan el "Ateneo de la juventud": Antonio Caso, José Vasconcelos, Isidro Fabela, Carlos González Peña, Pedro Enriquez Ureña, Enrique González Martínez, Julio Torri..., y forma parte de aquella generación amante de la literatura y la filosofía. Reyes despunta entre ellos como un crítico de profundos alcances y a la edad de 22 años publica su primer libro: Cuestiones estéticas

En dicha obra se halla la semilla de sus predilecciones posteriores: su admirable conocimiento de la literatura griega, su interés por las letras españolas e inglesas, su devoción por el genio de Goethe y su estudio constante de la cultura mexicana.

En el año de 1917 publica tres libros: uno de ensayos titulado El Suicida y otros dos con impresiones de su patria y de España, respectivamente: Visión de Anáhuac y Cartones de Madrid, en los cuales pone de manifiesto cómo su aptitud artística, que le permite deambular por las grandes creaciones literarias, lo lleva fácilmente a los más recónditos secretos del métier que corresponde a un verdadero hombre de letras. 

He aquí por qué reitera desde el principio de su propósito de no analizar la mera objetividad visual: "Los hombres no se conforman con que los veamos; quieren, sobre todo, que los leamos".

Dueño de una bastísima obra, fue miembro de El Colegio Nacional y en la cumbre de su madurez intelectual escribe una larga serie de libros sobre temas clásicos, como La antigua retórica y Última Tule (1942), El deslinde (1944), La crítica en la edad ateniense (1945) y Junta de sombras (1949). También escribió sobre problemas mexicanos y americanos y otros temas muy variados: Tentativas y orientaciones (1944), Norte y Sur(1945), La X en la frente y Marginalia, de 1952. Entre sus traducciones se encuentra parte de la Ilíada de Homero, en 1951. 

Alfonso Reyes fallece el 27 de diciembre de 1959 (día declarado como de luto nacional) dejando un invaluable legado y un hueco imposible de llenar en la historia de las letras mexicanas.

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